Picasso Sin Título / Con música: Niño de Elche x10
Dentro de la programación de
Picasso: Sin Título / ConDirigido a: | Público general |
Precio: | 10€ |
Ubicación: | Patio |
Voces que caben en un cubo es la propuesta de Niño de Elche para el programa público de la exposición Picasso: Sin Título. Un concierto coral donde busca una voz común, un cuadro humanista que mantenga nuestra mirada en una identidad diversa, transversal, intergeneracional y pintada de rosa.
'Picasso: Sin Título' es un proyecto de La Casa Encendida y la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso (FABA) comisariado por Eva Franch i Gilabert. La exposición cuenta con el apoyo de la Comisión Nacional para la Conmemoración del 50.º aniversario de la muerte de Pablo Picasso, y la colaboración de la Comunidad de Madrid. La muestra forma parte del programa oficial de la Celebración Picasso 1973-2023 que cuenta con Telefónica como empresa colaboradora en España.
Picasso: Sin Título / Con música expone a Picasso a una multiplicidad de voces que desbordan la sala expositiva y propone una relectura multidisciplinar del artista y su obra. Niño de Elche, último invitado del programa, crea un coro picassiano como broche final de la exposición que, durante ocho meses, ha querido crear una polifonía con 50 artistas alrededor de la obra de Picasso y del año del aniversario de La Casa Encendida.
Niño de Elche invita a 10 voces, con las que trabaja de forma previa en un taller, culminando en la composición del espectáculo: Voces que caben en un cubo.
“La palabra título es un término relativo a la tierra, aquello que está inscrito en el piso del suelo. A partir de esta idea pareciera que lo que no tiene título está falto de asentamiento, raíz o arraigo. La toma de tierra de una voz es el reconocimiento físico del espacio que ocupa. Cuerpo y arquitectura, estructuras de un hogar. La voz es aquello que aúna la idea de interior y exterior en un ser humano. Un taller de voces es un encuentro para esculpir el aire humano en forma de palabra, canto, grito, suspiro o aliento. Todo ello pertenece más a una toma de aire que a una toma de tierra. Un cuadro de Picasso, un dulce navideño, la mirada, el agua que bebemos, una Biblia, el beso de una madre o la muerte, todo ello, no sería posible sin el aire de la observación y su escucha. La voz común que buscamos es aquella que se enmarca entre el grafiti y la pintura cubista, entre el canto melódico de un adulto y el grito de un recién nacido. Necesitamos un cuadro humanista que mantenga nuestra mirada en una identidad diversa, transversal, intergeneracional. Todo ello como en un mundo color de rosa”. Niño de Elche.