Una ciudad con sus barrios, unos barrios que construyen ciudad. Unas jornadas abiertas al público en las que se combina exposición con debate. Constará de dos partes: una ruta de descubrimiento y debate por el barrio de Lavapiés y un taller sobre gentrificación para desarrollar en las aulas de La Casa Encendida.
Como ya decíamos el pasado año, “gentrificación” es la palabra que define el fenómeno por el cual la población de una zona urbana (habitualmente barrio deteriorado con proyección turística) es desplazada por otra con un mayor poder adquisitivo (clases medias-altas, profesionales), contando con la inestimable ayuda de los programas de recalificación de espacios urbanos acometidos por las Administraciones. El Born en Barcelona, la Alameda en Sevilla, Chueca y Malasaña en Madrid tienen mucho en común; si ayer eran consideradas zonas deprimidas, hoy “están de moda”, se han convertido en referencia de ocio, cultura y servicios. Postal turística de galerías de arte, tiendas de diseño, cafés y librerías, que esconde historias de desplazamiento, expulsión, marginación, especulación inmobiliaria, recalificaciones de suelo urbano, modificación del tejido comercial, imposición de nuevas pautas de consumo. De manual, de manual de marketing. Primero se selecciona el objetivo, barrios céntricos degradados en el imaginario colectivo. Se produce la inyección de capital externo al barrio, lo que trae la inevitable escalada de los precios inmobiliarios y los cambios en los hábitos de consumo (desplazamiento del comercio tradicional y su sustitución por franquicias o tiendas de moda). La Administración y sus reformas de planes de ordenación urbana, así como sus oportunas normativas de seguridad ciudadana. Para terminar se produce la llegada de vecinos con un mayor poder adquisitivo y la consiguiente expulsión de la comunidad que habitaba el barrio y su entramado comercial.
Miremos con detalle el caso de Malasaña en Madrid. En 2008, Triball, un grupo de inversores inmobiliarios (bajo la denominación de asociación comercial del barrio) se instala en el “Triángulo Ballesta” (el formado por Tribunal, Callao y Gran Vía). Mediante prácticas especulativas monopoliza el negocio inmobiliario e inicia el recambio del tejido comercial. Todo ello aderezado con la sempiterna lucha contra la prostitución y la inseguridad. Cinco años después, decenas de comercios tradicionales han cerrado, tiendas de ultramarinos compiten con supermercados de multinacionales y bares históricos son sustituidos por modernos locales de diseño. La movilización y la contestación no se han hecho esperar. Junto a luchas vecinales de gran repercusión mediática, como la del barrio burgalés de Gamonal, conviven colectivos como Left Hand Rotation y su respuesta artística y cultural (Taller “Gentrificación no es un nombre de señora”, el Museo de los Desplazados), Todo por la Praxis o Patio Maravillas. Campañas como Antitriball, el “Gentrifica Tour Triball”, el colectivo Gentrisaña y su “derecho a seguir viviendo en el centro urbano”.
Así, proponemos el desarrollo de unas jornadas donde continuar con la reflexión sobre el fenómeno de la gentrificación y donde dar voz a estas iniciativas que ponen en cuestión no solo estos nuevos modelos urbanos basados en la especulación y el desalojo de las poblaciones y usos autóctonos y su sustitución por grupos sociales de mayor poder adquisitivo, sino la propia concepción de ciudad.
Coordinadas por: Alberto Vigil-Escalera del Pozo y David Miquel Mena, forman el estudio de arquitectura MQL rehabilitación energética y sostenible.