Música y cine para los atardeceres del verano en la azotea de La Casa Encendida.
Vuelve La Terraza Magnética bajo el lema ‘¡Alucina, vecina!’. El programa de verano de La Casa Encendida es un himno a las subculturas, a los sonidos y las voces de las periferias, y la música y el cine como propulsores de procesos colectivos y aglutinadores de comunidades.
Una invitación a pasar tiempo juntos, a bailar y celebrar en Madrid durante julio y agosto.
Ocho sesiones de música los viernes y de cine los sábados que quieren librar a los suburbios de los tópicos que los han definido para dar espacio a directores y músicos que han dibujado nuevas narrativas.
Los viernes al atardecer, La Terraza Magnética se sumerge en ocho directos de la mano de artistas que reivindican sus raíces y luchan para crear comunidad a través de la música y el baile. Abre la edición Dinamarca, dj y productor chileno radicado en Suecia que ha revolucionado la pista de baile mezclando sonidos futuristas con ritmos y flow latino; un referente para la música de club que conecta escenas locales. SIMONA, artista argentina afincada en Barcelona, lucha contra los estereotipos y comparte en sus letras su experiencia de migrante en España. Desde Brasil llega Cashu, dj del colectivo Mamba Negra, una plataforma tanto musical como de lucha por la representación femenina, la libertad sexual y de género. Inspirada por el sonido UK de principios de los 90, la artista andaluza Dalila nos lleva al corazón y el espíritu hedonista de las ‘raves’, con un directo nostálgico. Cierra el mes de julio el artista barcelonés 80%BAUL, con un directo que mezcla postpunk, new wave, synth pop, ebm, italo, y new beat, testigo de que las subculturas no han muerto.
Abre los conciertos de agosto Cakes Da Killa, el rapero norteamericano que, junto a artistas como Mykki Blanco o Zebra Katz, ayudó a que el queer rap explotara en la escena LGBT neoyorquina. Trae hasta La Terraza Magnética la cultura ‘ballroom’ con un directo que funde hip hop potentes y ritmos house. Ideograma cuenta con un directo influenciado por el ‘techno ‘detroit’, la historia del barrio de Malasaña, cuna de la ‘club culture’ madrileña. Y cierra la programación de conciertos la dj y productora Asmara, favorita en los clubes de Los Ángeles, miembro del colectivo Nguzunguzu y productora ejecutiva del último disco de Kelela.
El cine al aire libre de los sábados por la noche propone una mirada a los barrios periféricos a través del punto de vista de las mujeres protagonistas de películas como Mi vida loca, de Allison Anders con las cholas de Ecko Park; las adolescentes de los suburbios de París en Girlhood, de Céline Sciamma; y al ritmo de reguetón en el Valparaíso ‘anti-postal’ de Ema, de Pablo Larraín. ¿Qué he hecho yo para merecer esto!, de Pedro Almodóvar, y Greener Grass, de Jocelyn DeBoer y Dawn Luebbe, son el retrato de dos amas de casa opuestas pero ambas prisioneras de su hogar, una en el barrio de la Concepción de Madrid y la otra en los suburbios acomodados y plastificados de Estados Unidos. Sonidos de barrio, de Kleber Mendonça Filho, narra las realidades violentas ocultas dentro de los círculos adinerados de la ciudad de Recife, y Selfie, de Agostino Ferrente, cuestiona la romantización de la delincuencia en un barrio de Nápoles. Y no podía faltar Style Wars, el mítico documental sobre grafiti y la escena hip hop que explotó en las calles y el metro de Nueva York a principios de los 80.