“Rosarium” de Sarah Abu Abdallah + “Restored Communication” de Neïl Beloufa
Dentro de la programación de
El sonido de las pantallas implosionandoDuración: | 1 hora 30 minutos |
Dos trabajos de representación de la sociedad árabe abordados desde dos lugares muy diferentes: una parodia de reality show en Irán y la resistencia a lo cotidiano de una mujer adinerada en su casa de Arabia Saudí.
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Rosarium, de Sarah Abu Abdallah. Arabia Saudí/Suiza, 2018. 10’
Sarah Abu Abdallah trabajó en colaboración con el cineasta saudí Reem al-Bayyat para realizar Rosarium. La película aborda el llanto y el derramamiento de lágrimas tanto en el sentido romántico como en el ritualista. La estrella de la película es la actriz Rana Alamuddin, a quien seguimos por su casa mientras intenta resistir a lo cotidiano a través del acto de llorar. Lo que al principio parece ser un hogar perfecto resulta ser una alucinación que se revela a medida que avanza la película.
Sarah Abu Abdallah (Qatif, Arabia Saudí, 1990) trabaja en una variedad de medios que incluyen vídeo, instalación, poesía e imágenes. Su trabajo crea espacios especulativos y reúne narrativas coloreadas por lo absurdo y lo incómodo que se encuentra en lo mundano.
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Restored Communication, de Neïl Beloufa. Irán/Francia/Suiza, 2018. 77’
Los realities de TV, una forma política en la que un grupo de personas aisladas discute y compite, es uno de los clichés dominantes de la representación occidental. Filmado en Irán, donde los reality shows aún no están muy extendidos, Restored Communication presenta a un número de candidatos aislados del mundo que reproducen diferentes tomas de poder en diversos contextos políticos. En este sistema, tan artificial como liberal, los competidores son encerrados, filmados sin interrupción y sujetos a las órdenes judiciales de una voz en off. Privados de la comida, la voz y el contacto con el mundo exterior, parecen indefensos, lo que refleja la imagen estereotipada del aislamiento geopolítico de Irán. Entre la ficción escolar y el documental, la película se convierte lentamente en una película de género mordaz en la que incluso una pistola de agua puede matar.
Las películas, esculturas e instalaciones de Neïl Beloufa (París, 1985) reflejan su oposición a todas las formas de jerarquía y mezclan géneros sin concesiones. Reconcilia hábilmente el desencanto de su generación con la esperanza infundida por sistemas alternativos.