Duración: | 1 hora 30 minutos |
La música de Molly Nilsson, artista sueca afincada en Berlín desde hace casi 10 años, podría definirse como synth pop en su definición más amplia; melodías pegadizas sobre bases que se repiten, teclados a ratos juguetones a veces tímidos, voz grave y seductora, coros mágicos y letras que bailan con la nostalgia. Sus canciones podrían ser las distintas formas de caminar según el día o el estado de ánimo: pies ligeros ("The Lonely"), zapatos mojados ("Last Forever"), mirando a lo alto ("Europa"), paso a buen ritmo ("Truth"), saltos de felicidad desordenada ("The Diamond Song"), cambios de ritmo ("I Hope You Die") o sencillamente quedarse mirando por la ventana ("A Song They Won't Be Playing on the Radio"). Se hace difícil extraer canciones en solitario de sus trabajos, ya que es en el formato de larga duración donde encuentran su sentido completo y equilibrio perfecto.
Al talento de Molly para componer canciones de pop ensoñador hay que añadir el hecho de que es ella misma quien lleva todas las actividades ligadas a su música. Hasta ahora ha editado todas sus referencias bajo su sello Dark Skies Association, grabado o editado la mayoría de sus vídeos, diseñado las carpetas y camisetas, organizado sus conciertos, etc., bajo la premisa del espíritu DIY. Un equilibrio casual surgido de la necesidad inicial y cierta tendencia al control, según ella misma afirma.