Vuelve Gelatina, el festival de arte y pensamiento que insiste en una naturaleza siempre en construcción. En su segunda edición, Gelatina nos acerca a narrativas que ponen en duda la propia idea de “individuo” al reconocer que lo “alien” no solo ha estado siempre, sino que es una parte indispensable de nosotrxs.
Mediante su programa de charlas, performances, talleres y conciertos, Gelatina quiere seguir acercando a un público amplio distintas herramientas para poder interpretar (y producir nuevas formas de acción) un presente marcado por las lógicas turbocapitalistas, el desarrollo tecnológico acelerado o la toxicidad antropogénica.
Gelatina subraya la colonización mutua entre lo tecnológico y lo biológico, así como nos acerca a narrativas que están cambiando la propia idea de “individuo” y reformulando las fronteras entre diferentes formas de vida; como en el caso de la manipulación y modificación genética entre especies o la toma de conciencia de que el cuerpo humano está habitado en gran medida por genomas no humanos, ya que la constitución mutua entre distintas especies recorre casi todas las formas de vida.
Además, el festival también incide en la existencia de otros “modos de pensamiento” más allá de las concepciones clásicas de cognición antropomórfica o centrada en el cerebro. Aquí no solo se incluye a plantas, animales, fungi, especies bacterianas o al moho mucilaginoso; sino tanto a especies orgánicas como sintéticas (en su sentido más amplio). De hecho, fenómenos como el carácter hipersticional del mercado bursátil revelan que la computación algorítmica no se trata de una simple herramienta de abstracción matemática sino que constituye un modo de pensamiento propio, ya que sus operaciones se extienden a formas de abstracción que están más allá de la cognición y el control humano directo.
Durante tres días, a través de charlas y otros formatos, los distintos temas que se tratarán en Gelatina estarán atravesados por una gran carga especulativa. La ficción como método que permite abrir posibilidades e incluso dar forma al futuro. Así, en una especie de afrofuturismo 2.0, el aceleracionismo se encuentra con un pensamiento negro radical; el planeta se convierte en un laboratorio, los cuerpos 3D alcanzan volúmenes que se cuestionan la propia noción de “cuerpo”, las medusas nos desvelan el secreto de su capacidad regenerativa o la ingesta de medicamentos desligados del monopolio farmacéutico nos ayuda a plantamorfizarnos.