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Un libro, una web, una película, una cuenta de Instagram y un podcast. Nueva entrega de Give me five con las cinco recomendaciones culturales de Elena Medel, poetisa, novelista, crítica literaria y editora española. Dirige la editorial La Bella Varsovia.
De pequeña me entretenía dibujar mi árbol genealógico: esbozar el tronco y la copa, completar los espacios con minuciosidad; coloreaba e investigaba nombres y apellidos, lugares y fechas de nacimiento, hasta que la memoria se perdía. En mi adolescencia empecé a leer poesía guiándome por las colecciones de clásicos —ah, el canon—, y preguntándome por qué no encontraba en ellas a mujeres. Me acostumbré a transcribir los poemas escritos por mujeres que más me impresionaban, y a anotar también los nombres de sus autoras: los de sus autoras, los de las mujeres a los que los dedicaban —por si escribían también—, los títulos de las antologías en las que habían sido incluidas o de las revistas con la que colaboraban. Más que hojas o que frutos, aquellos datos los entendía igual que las raíces. La genealogía me ha acompañado desde entonces: recurriendo al tópico, al conocer el pasado entiendo el presente y aguardo el futuro. Sirvan estas cinco recomendaciones —algunas más— que crecen como ramas de ese árbol.
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Un libro: La patria de otros, de Concha de Marco
He leído pocas autobiografías más crudas que La patria de otros (ed. José María Martínez Laseca; Cálamo, 2018), de Concha de Marco. Tengo la sensación de que en su momento no obtuvo el eco que merecía, como el resto de la obra de la autora, y por eso quisiera mencionarlo. Por eso y por su retrato de la España de la dictadura, desde el punto de vista de una mujer talentosísima represaliada por su ideología, y que critica con rabia —muchas veces injusta— a la sociedad de su tiempo, con nombres y apellidos. Insulta, maldice y habla sobre dinero: no ya sobre la precariedad, sino sobre la pobreza. Merece la pena leer —y leer desde el presente— su retrato del ámbito de la cultura, de sus muchas miserias y sus pocas grandezas, y de las circunstancias desde la que ella y su marido —el crítico de arte Juan Antonio Gaya Nuño— trabajan, escriben e intentan difundir su obra.
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Una web: Biblioteca Digital Hispánica
Durante el estado de alarma me salté el confinamiento: abandoné Carabanchel para empadronarme en una web, la de la Biblioteca Digital Hispánica. Ironías aparte, ya antes había usado y abusado de esta joya de la Biblioteca Nacional, en la que se puede acceder de manera libre y gratuita a miles de documentos digitalizados; entre ellos libros, por supuesto, que de otra forma desconoceríamos. Gracias a ella he descubierto a muchas autoras que han sido fundamentales para mi genealogía, como María Nicolasa de Helguero y Alvarado. En esta línea, otras páginas en las que perderse: la fabulosa Memoria Chilena, de la Biblioteca Nacional de Chile, con documentación sobre cualquier tema que se te ocurra vinculado con la historia del país, incluyendo libros y libros; la Biblioteca Digital de la Biblioteca Nacional de Uruguay, de nuevo con libros completos —aquí destacan sobre todo sus colecciones y archivos en línea, con muchas curiosidades: de Delmira Agustini, María Eugenia Vaz Ferreira o los Poemas recobrados que Idea Vilariño excluyó de su Poesía completa—; o el Archivo Histórico de Revistas Argentinas, en el que destaca para mí la digitalización de la mítica Diario de Poesía.
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Una película o muchas: las de Cecilia Bartolomé
No recuerdo de qué manera descubrí el trabajo de Cecilia Bartolomé: seguro que frente al ordenador, saltando de mención en mención y de artículo en artículo. Quizá buscase información sobre Carabanchel en la década de los sesenta: en ese espacio y en ese tiempo se desarrolla Carmen de Carabanchel (1965), el cortometraje que dirigió siendo alumna de la Escuela Oficial de Cinematografía. Bartolomé filma desde la conciencia de género y de clase, desde la conciencia también del lugar —geográfico, simbólico— que ocupa, y el resultado siempre tambalea nuestras expectativas: ella mira más allá, y nos lo dice. Tiene un sentido político del humor, en el que la ironía sirve también para el análisis, y una voluntad salvaje de contar la realidad sin dulcificarla. La propia directora ha colgado varios de sus trabajos —incluyendo Carmen de Carabanchel— en su canal de Vimeo; en la web de RTVE puede verse el capítulo de Cuéntame que dirigió.
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Una cuenta de Instagram: Diana Larrea
Con la excusa de una efeméride —casi siempre fecha de nacimiento o muerte—, la artista Diana Larrea reivindica a otra artista en su cuenta de Instagram: es un ejercicio necesario de genealogía, porque no se limita a enumerar nombres y datos biográficos, sino que se basa en el valor de su obra. Algunas propuestas de genealogía se limitan al name-dropping sin mayor análisis, a las pistas para reconstruir nuestra memoria: ocurre todo lo contrario con el valiosísimo trabajo de Diana Larrea, que es puro compromiso y pensamiento. Siempre aprendo de ella, no sólo en esta acción artística online —la ha titulado Tal día como hoy—, sino en su obra en diferentes disciplinas: con Autorretratos de Grandes Maestras, una intervención de 2018, o con la exposición De entre las muertas, este otoño en Espacio Mínimo. En esta línea, también me gusta mucho The Great Women Artists, de Katy Hessel, que también dirige un podcast en inglés con esta temática.
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Un podcast: Hablemos escritoras
Suelo escuchar podcasts mientras trabajo, todo el rato; en especial de entrevistas, y que hablen sobre literatura, arte... Durante el confinamiento descubrí el que hoy es uno de mis favoritos, por suerte muy activo, con varios capítulos nuevos cada semana: Hablemos Escritoras, centrado en la literatura escrita por mujeres en América Latina, sobre todo en México. Lo dirige y presenta Adriana Pacheco, de la Universidad de Texas en Austin, que también coordina y participa en varias iniciativas de difusión de la obra de las escritoras latinoamericanas. Entrevistan a autoras y a editoras, a traductoras y gestoras y libreras —a las mujeres del libro, en resumen—, y a mí me permite conocer qué se escribe y qué se publica en la otra orilla del idioma: qué dificultades afrontan escritoras y editoras, qué temas les interesan... También tienen capítulos con microrreseñas de libros, especiales en los que varios libros de un tono similar dialogan, etcétera: resulta tan difícil que los libros de allí lleguen aquí, que este podcast rompe un poco la distancia.
Elena Medel nació en Córdoba en 1985, aunque reside en Madrid. Es autora de la novela Las maravillas (Anagrama, 2020; en proceso de traducción al alemán, francés, griego, inglés, italiano, neerlandés, portugués y sueco); de los libros de poesía Mi primer bikini (DVD, 2002; traducido al inglés y al sueco), Tara (DVD, 2006) y Chatterton (Visor, 2014), reunidos en Un día negro en una casa de mentira (Visor, 2015); y de los ensayos El mundo mago (Ariel, 2015) y Todo lo que hay que saber sobre poesía (Ariel, 2018). Dirige la editorial de poesía La Bella Varsovia. Entre otros galardones, ha obtenido el XXVI Premio Loewe a la Creación Joven y el Premio Fundación Princesa de Girona 2016 en la categoría de Artes y Letras.