La economía de los recursos naturales. El acaparamiento de tierras
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El acaparamiento de tierras comenzó a intensificarse en muchos países durante los últimos diez a quince años con la adopción de las políticas de desregulación, los acuerdos de comercio e inversión y las reformas de mercado de políticas marco. Las recientes crisis alimentaria y financiera aumentaron el ímpetu de esta oleada de inversiones en tierras agrarias por parte de Gobiernos e inversionistas comerciales. De hecho, desde hace más o menos tres años ha surgido una nueva forma de acaparamiento de tierras: inversionistas públicos o privados toman control de grandes superficies de tierras fértiles destinadas a la producción agrícola; algo que afecta especialmente a los países más pobres, pero no solo.
Diferentes factores explican el aumento del acaparamiento de tierras en los últimos años. La presión creciente para producir agrocombustibles como alternativas a las energías fósiles está creando una demanda artificial sin precedente en los cultivos comerciales (Anseeuw y otros, 2012).
Varios países dependientes de la importación de alimentos intentan externalizar su producción adquiriendo tierras de cultivo en otros países, con el fin de garantizar su seguridad alimentaria. También, como consecuencia de la reciente crisis financiera, inversionistas privados han descubierto en las tierras agrícolas una nueva fuente para obtener beneficios.
Se desconoce la magnitud exacta del actual acaparamiento de tierras y no es fácil de conseguir detalles sobre los varios proyectos (GRAIN, 2008). Según una publicación reciente del Grupo de Alto Nivel de Expertos en Seguridad Alimentaria y Nutrición, en los últimos años, entre 50 y 80 millones de hectáreas de buena tierra de cultivo han sido transferidas de los agricultores campesinos a corporaciones (HLPE, 2011). Las empresas implicadas calculan que hasta el momento ya se han comprometido a nivel global unos 25 mil millones de dólares, y hacen alarde de que la cifra se triplicará en un futuro cercano (LDPI y otros, 2011).
Es difícil establecer exactamente la magnitud del acaparamiento de tierras en América Latina. Un análisis del fenómeno hecho por la FAO en 17 países latinoamericanos (FAO, 2011) demuestra que el acaparamiento de tierras ha aumentado en la región en los últimos años, y que su magnitud en cuanto al número de países y la superficie acaparada es mayor de lo que se suponía.
Si se compara la dinámica en América Latina con la de otras partes del mundo, se puede notar que aquí el acaparamiento de tierras tiene algunas características particulares: sobre todo hay que subrayar que las elites nacionales tienen un rol fundamental como inversionistas principales y que gran número de transacciones es realizado por empresas (trans) latinoamericanas (Borras y otros, 2011).