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Menos fronteras, más muros

1 jun 2016
Duración: 1 hora 30 minutos
ÁNGEL DELGADO. – “Límite continuo V”, 2009
ÁNGEL DELGADO. – “Límite continuo V”, 2009

Frente a la aparente relativización de las fronteras, no resulta difícil percibir que persisten y aun se incrementan los muros.

La falazmente denominada “crisis de refugiados” nos acaba de ofrecer un ejemplo más de la paradoja entre globalización y persistencia de muros. Lo sintetiza la descripción de los “refugiados” que ha ofrecido recientemente el Alto Comisionado de derechos humanos de la ONU, el jordano Zaid Ra’ad Al Hussein: “These are people with death at their back and a wall in their face” (personas con la muerte a sus espaldas y un muro ante su cara). Dicho de otra manera, frente a la aparente relativización de las fronteras, no resulta difícil percibir que persisten y aun se incrementan los muros, en línea con la tesis clave de Rousseau en su Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres.

Pero, al mismo tiempo, sucede que los muros físicos, por elevados que sean, se muestran relativamente inútiles en un contexto de globalización tecnoeconómica, pues incluso los más reforzados (la frontera EEUU/México, o el Mediterráneo) se revelan inevitablemente porosos ante la voluntad, la necesidad desesperada, de alcanzar una mejor esperanza de vida. Por el contrario, los que subsisten y aun se incrementan son los muros que se ponen de manifiesto cuando reparamos en las fronteras internas de la democracia, en definitiva, en la desigualdad, como pusieron de manifiesto en su clásico ensayo I. Balibar y E. Wallerstein.

Por esa razón parece acertar la politóloga feminista norteamericana Wendy Brown, cuando nos propone que el empeño en los “muros externos” no es más que un subterfugio de la vieja arquitectura de los Estados nacionales para reivindicar una apariencia de soberanía nacional en un mundo en el que esa categoría aparece como declinante.

Si aceptamos esa hipótesis, quizá deberíamos atender a la fractura de la creciente desigualdad, interna e internacional, que se extiende globalmente, haciendo veraz el veredicto del rumbo de colisión entre el universalismo (o cosmopolitismo) jurídico político y la lógica propia del desarrollo de la fase actual del capitalismo global. A ese respecto, en lugar o, más allá de la desigualdad, parecería más fértil la tesis propuesta recientemente por S. Sassen, que ha acuñado o, mejor, reformulado, una categoría nueva, la de “expulsiones” (coincidente con lo que, a su vez, Z. Bauman definiera como “Archipiélago de exclusiones”). Malas perspectivas para esa demanda de una nueva política, una nueva ciudadanía, que parece inflamar de indignación a las nuevas generaciones.

Interviene:
Javier de Lucas (Murcia, España, 1952) es catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía Política en el IDH UV (Instituto de DDHH de la Universitat de València), del que fue fundador y primer director. Fue director del Colegio de España en la Cité Internationale Universitaire de París (2005-2012) y presidente de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado, 2008-2009). 

Coordina: Le Monde diplomatique en español y Fundación Mondiplo.

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Menos fronteras, más muros

1 jun 17 - 18:30 h