Adiós al rombo. Teresa Lanceta
Teresa Lanceta se sumerge en las comunidades tejedoras del Medio Atlas y a través de sus tradiciones textiles –un secreto transmitido de generación en generación– participa de un descubrimiento colectivo que ha facilitado a las personas vivir, comunicarse y permanecer. Un arte marcado por un conjunto de normas, temas y hábitos ancestrales cuyo dominio les permite la libertad expresiva y la creación.
Desde principios de los años setenta Lanceta tomó la decisión de tejer como medio de expresión artística, forzando los límites de la comprensión de lo que se considera o no arte. Su aproximación al tejido se centra en los elementos formales, en lo que los tejidos tienen de original y propio: sus ligamentos, materiales, tradiciones y técnicas. Un modo de hacer, sin boceto previo, en el que imagen y fondo, objeto y lenguaje, soporte e imagen se construyen a la vez, sin dar cabida al error.
Tejer le ha permitido a Lanceta comprender un código primigenio y universal que manifiesta claramente su ley interna que traspasa fronteras físicas, temporales y culturales al tiempo que alimenta la imaginación creadora, a partir de la cual elabora una propuesta personal. Su trabajo no soslaya la reflexión ecológica y reclama la utilidad del arte y la creación colectiva frente a la idea de genio individual. El arte colectivo, no como un magma uniforme ni una enorme mano que todo lo hace, sino como el resultado de la creatividad de personas concretas, un código abierto que permite su lectura, transformación y transmisión.
El tiempo del hacer de las tejedoras nómadas del Medio Atlas es el del vivir, algo cotidiano que posibilita que a los tapices se vayan incorporando las historias, los hechos, lo vivido. Oficio y creatividad se unifican al lograr esos momentos álgidos que transforman lo conocido y hacen vislumbrar lo oculto. Los tapices trascienden su finalidad decorativa o su funcionalidad simbólica: forman parte de un modo de vida y un saber ancestral y cotidiano, y como tales despliegan su poder ornamental y artístico.
Por todo ello Adiós al rombo es un punto de llegada, una toma de posición poética y política frente a un modo de acercamiento al mundo que ya no es posible y que empieza a mostrar su cara más amarga.
La muestra, comisariada por Nuria Enguita, incluye tapices, pinturas, dibujos, un texto y una serie de vídeos realizada a partir de entrevistas con mujeres de la región o familiares emigrantes en España. Junto al trabajo de Lanceta, la exposición incluye documentación sobre el arte popular limítrofe al Sáhara y sobre el trabajo de jóvenes artistas que se interesan por las artesanías y las migraciones. Asimismo se muestran dos colaboraciones: una cartografía digital de patrones y objetos del Medio Atlas realizada con Nicolas Malevé y una instalación interactiva de audio basada en algoritmos con Lot Amorós.