Bobby Baker. Tarros de chutney
Esta muestra nos introduce en el particular universo de la artista inglesa Bobby Baker, sus referencias cotidianas y su sentido del humor, ejes sobre los que basa gran parte de su obra.
En su célebre performance Drawing on a Mother’s Experience (1988), Bobby Baker cuenta cómo en sus primeros meses como madre a cargo de las tareas del hogar uno de sus mayores placeres era hacer conservas, sobre todo tarros de chutney. Baker explica al público que esta tarea encerraba para ella la gratificación de la productividad, el valor de preservar algo, la funcionalidad a la hora de favorecer la economía doméstica –constante fuente de ansiedad– y el placer estético al contemplar la instalación que los tarros formaban una vez colocados en la estantería. El título de la muestra, comisariada por Clara Zarza, Tarros de chutney hace eco de esta anécdota que condensa las tensiones y los múltiples niveles de significación ocultos en las pequeñas tareas domésticas y gestos cotidianos, un tema central a su obra.
A través de un lenguaje directo y crudo pero cargado de humor, las performances, instalaciones y dibujos de Baker exploran la cotidianeidad y la privacidad de un individuo en tanto que ocupa distintos espacios sociales: una mujer/de clase media británica/una madre/una artista/una paciente psiquiátrica/una enferma de cáncer. De este modo, la trayectoria que, desde hace más de cuarenta años, desarrolla la artista británica se inscribe en el contexto histórico de las décadas de 1970 y 1980 marcadas por el pensamiento post-estructuralista –con su análisis del papel de la cultura en la construcción del individuo– y feminista, con su reclamo de lo personal como político, como terreno en el que se juegan las relaciones de poder. Si bien es cierto que en este contexto el trabajo de Baker ha recibido un notable reconocimiento internacional, la temática y configuración de sus obras continúa siendo descrita como periférica. Esa identificación del sujeto artístico como marginal no solo ha condicionado la recepción de su trabajo si no su presencia en los espacios canónicos del mundo del arte. Además, su obra nunca ha sido expuesta en España y en gran medida sigue siendo desconocida en nuestro país.
La muestra Tarros de chutney pretende dar a conocer la riqueza y relevancia del trabajo de Baker ofreciendo por primera vez un recorrido por las series de dibujos, acuarelas y grabados que ha realizado sistemáticamente durante su carrera y situándolos en el contexto más amplio de su práctica artística. La exposición incluye series inéditas como los cuadernos de Timed Drawings –dibujos cronometrados por una artista, madre y ama de casa con escaso tiempo– y obras consagradas, como la reconocida serie Diary Drawings, una selección de entre los más de 700 extraordinarios dibujos realizados por la artista a lo largo de once años, desde 1997 cuando ingresó en un centro de día a raíz de una crisis mental. Asimismo, Baker presentará dos de sus obras más recientes, el inicio de su proyecto Epic Domestic –que parte de la idea de crear un Partido Revolucionario Doméstico– y su performance Drawing on a (Grand) Mother’s Experience, reconfiguración actual a partir de su performance histórica Drawing on a Mother’s Experience que ofrece reflexiones no caducas sobre la experiencia de la primera maternidad desde un punto de vista privilegiado por la edad.
La observación y representación de la vida cotidiana, aquella identificada socialmente como privada por ser valorada como irrelevante o tabú, es una práctica que si bien comienza a adquirir cierta visibilidad en la edad contemporánea nunca se libera plenamente de estos estigmas. Las (auto)biografías, las memorias, los autorretratos o la representación del entorno del artista forman parte de la tradición occidental desde el Renacimiento. No obstante, estas prácticas son aceptadas siempre que ofrezcan un valor público, ya sea modélico o trágico, y no caigan en la irrelevancia de lo cotidiano o la vanidad del narcisismo, ni violenten al receptor por falta de pudor. La obra de Bobby Baker juega con los límites de lo apropiado y transgrede repetidamente estas convenciones a través del detalle y de lo anecdótico en su representación de la maternidad, de las relaciones familiares, las políticas del cuidado y las tensiones entre el trabajo doméstico y profesional. Asimismo, Baker expone aquello que no debe verse en público, aquello que ofrece una imagen descompuesta, anti-heroica o tabú en relación a la enfermedad física y mental. Sin embargo, su obra lejos de mostrar una narración personal con valor autobiográfico o permitir que nos asomemos a su mundo privado por el mero placer de mirar la vida de otro, nos ofrece un material y un marco para una reflexión más amplia y fundamental sobre el poder y la importancia se encierra en las minucias del devenir del día a día, para transformar la comprensión que tenemos de nosotros mismos y nuestra relación con el mundo que nos rodea.