Marina González Guerreiro. Buen camino
Segunda escena del recorrido curatorial de Fantástico interior, comisariado por Rafa Barber Cortell para la sala A de La Casa Encendida. El trabajo de Marina González Guerreiro (A Guarda, Galicia, 1992) se fija en la belleza de esos instantes rutinarios que impregnan nuestra vida y forman esa sustancia invisible de la que bebe la intimidad.
Como quien encuentra algo inesperado mientras busca en un cajón otra cosa, su trabajo se agarra a ese espacio blando en el que existe lo vulnerable, lo frágil y todos esos recuerdos que nunca pensamos que algún día recordaríamos.
Para su proyecto en La Casa Encendida, la artista presenta un nuevo cuerpo de trabajo inédito en el que investiga la idea de tránsito, de cambio de etapa, de situarse en un camino para simplemente caminar, de pasar del invierno a la primavera.
Todo el proyecto presenta un cosmos formado por pequeños objetos en los que cada uno es importante y se apoya en el otro formando una sutil armonía de azulejos, cuerdas, puzles, palmas y pétalos de flores amarillas. La intimidad de una habitación, de todos los souvenirs de vida que colocamos en nuestras estanterías para tratar de conservar los momentos que los acompañaron, convivirá en el espacio con un universo onírico en el que la artista imagina un afuera que nos agarra de la mano para pasear por distintas etapas de un camino lleno de paradas, de un juego lleno de casillas. Esta serie de obras traza un recorrido expositivo que no tiene un destino marcado, ni un principio ni un final claros. Sin embargo, esta desorientación, lejos de inquietarnos, se vuelve placentera en las manos de Marina, capaz de construir una incertidumbre sosegada, hecha con objetos llenos de suerte, objetos en los que confiar, obras que hacen vínculos e inician puentes.
Marina González Guerreiro (A Guarda, Galicia, 1992). Graduada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca y M.P.A. en la Universitat Politécnica de Valencia. Con una aproximación instalativa a diferentes medios como la escultura, el vídeo, la fotografía o la pintura, aborda la inserción de los grandes relatos en el ámbito cotidiano a través de la subjetivación y la resignificación de los objetos. Su proceso creativo parte de la acumulación de materiales, convirtiendo el estudio en un espacio de ensayo donde objetos de las más diversas procedencias conviven en un ritual íntimo. En su práctica se percibe un preciosismo construido a través de materiales precarios y usados, así como la búsqueda del equilibrio entre el orden y el desorden, el control y el azar. Algunas de sus exposiciones individuales más recientes son: Given Time, en Intersticio (Londres, 2021); Una Promesa, en la Galería Rosa Santos (Valencia, 2020); LMXJVSD, en Pols (Valencia, 2020); o Work Hard, Dream Big (Moon Gallery, 2019).