Maxwell Alexandre. Nuevo poder: pasabilidad
La Casa Encendida presenta la primera exposición individual de Maxwell Alexandre (Río de Janeiro, 1990) en nuestro país. Compuesta por la serie Novo Poder, el artista ahonda en esta muestra en la idea de incluir a la comunidad negra dentro de los “templos consagrados a la contemplación del arte contemporáneo”, como son las galerías, museos, centros y fundaciones.
Alexandre utiliza en su obra tres signos básicos: los colores negro, blanco y pardo. El color negro actúa como cuerpo negro, manifestado a través de la representación de los personajes; el color blanco representa el cubo blanco, a modo de espacio expositivo y conocimiento académico; y el color pardo representa la obra de arte, al tiempo que hace referencia al papel, que constituye el soporte principal de la serie.
Otro signo que ha ido ganando progresivamente importancia dentro de la obra de Alexandre es la moda, que en este contexto funciona como herramienta para elevar la autoestima. En consecuencia, el elemento moda se presenta como una especie de desafío ante la idea colonial que considera la sensibilidad y la belleza como elementos que no pertenecen a las personas melanizadas.
Para comprender la totalidad del mensaje que Maxwell transmite en esta serie, es necesario indagar primero en su anterior trabajo Pardo é Papel, en el que habla sobre un futuro especulativo de gloria, victoria, juerga, abundancia, valor, vanidad y autoestima para las comunidades negras. Y mientras en Pardo é Papel la proyección del ascenso se da a través de la ostentación de bienes de consumo, como coches, joyas y ropa de diseño, en Novo Poder el artista busca la abundancia intelectual y simbólica, el acceso a la quintaesencia de la producción material occidental: el arte.
La serie Novo Poder propone transmutar la realidad generando imágenes de personas melanizadas en los espacios del arte, caminando con elegancia, como si estuvieran en una pasarela, por las exposiciones. Esta familiaridad es fruto de un proceso de asimilación e incorporación, o incluso de comprensión y vivencia, de códigos pertenecientes a ambos ámbitos, que aportan confianza y autoestima a estas personas. Así, florecen en una imagen o postura de tranquilidad y confianza; una pasabilidad, que emana desde dentro hacia fuera. Es decir, un paseo que no es solo un pasaje efímero por el espacio sino una conquista de quienes han aprendido a pertenecer y a disfrutar, tanto de estos lugares como del goce estético, con seguridad y tranquilidad.
La obra de Maxwell Alexandre empezó a difundirse en 2017, cuando pasó de un complejo deportivo de Rocinha, la mayor favela de Río de Janeiro, al espacio de una galería, de esta a una feria de arte contemporáneo y, en muy poco tiempo, a las paredes de los museos brasileños más reputados. Tampoco hizo falta esperar mucho para que el joven artista expusiera en el extranjero, primero en el Musée d’art contemporain de Lyon y, luego, en el Palais de Tokyo, (París). De ahí pasó a The Shed, en Nueva York, y ahora muestra su obra en Madrid.
Comisariado por Matthieu Lelièvre.
En colaboración con Instituto Inclusartiz, A Gentil Caricoca y Maxwell Alexandre.