En busca del tesoro urbano

La propuesta del taller es salir a la calle, conquistar las inmediaciones de La Casa Encendida. De un tiempo a esta parte el juego en el espacio urbano se ha perdido y con esta propuesta nos lanzamos a explorarlo con la ayuda de un plano, unos rotuladores y unas pegatinas. Se proponen una serie de itinerarios que guíen a las familias para caminar por las calles aledañas usando el espacio urbano como escenografía fantástica para imaginar y ser descubierta por los y las pequeñas. Se plantea un taller en el que aprender a orientarse, a observar y, sobre todo, a construir un vínculo afectivo con la ciudad que también les pertenece.

Inicialmente se plantean una serie de retos que cada familia deberá encontrar o analizar. Luego se hace una puesta en común y se genera un gran mapa que se irá llenando de colores y códigos y completando por capas con la información traída por cada equipo. Como cierre se les da un nuevo nombre algunos de los lugares que más hayan llamado la atención.

Gracias al movimiento y a las sorpresas que contienen las calles, se genera un ambiente emocionante que activa la imaginación y curiosidad. Sembraremos la idea de “derecho a la ciudad”.

Objetivos:

Entender los elementos de un plano: se dan las herramientas para comprender la información que tiene cualquier plano (título, símbolos, leyenda, escala y flecha del norte).

El desarrollo de la orientación: se aprenden técnicas básicas de orientación. Planificando un itinerario y aprendiendo a ubicarse en el espacio urbano con el plano, teniendo que hacer un recorrido lleno de sorpresas por el entorno.

Apreciar elementos urbanos: se insta a encontrar tesoros urbanos tales como árboles y fuentes singulares, escaparates o luces llamativas, edificios emblemáticos, cruces peatonales originales, espacios de la calzada con mobiliario para los peatones, arte callejero, elementos musicales y más.

Comprender la arquitectura de la zona: se propone que se observen otros edificios del barrio para entender un poco más cómo son.

Vivenciar conceptos matemáticos: algunos de los ejercicios consisten en medir distancias en pasos o dibujar a escala un determinado elemento arquitectónico.

El fomento de la lectoescritura: los mapas son un divertido elemento para poner en práctica esta habilidad.