La torre invertida. El tarot como forma y símbolo

La exposición, comisariada por Pilar Soler, explora el tema del tarot, un tipo de juego adivinatorio que puede dar acceso a uno mismo o ayudar a comprender la vida marcando un camino personal que sirve de guía espiritual o ideológica. En la actualidad, ha resurgido el interés por el tarot en el arte contemporáneo y en diferentes sectores de la cultura, no sólo por su capacidad como oráculo, sino también por las posibilidades de imaginar una utopía, así como de escenificar historias de transformación con la intención de subvertir la realidad.

Existe en el tarot un recurso que ha interesado mucho a los artistas porque su naturaleza corresponde a una forma compleja, que contiene en su esencia un leguaje hermético en cuya interpretación se ocultan asociaciones de imágenes símbolo organizadas por medio del azar, convirtiendo al tarot en un libro peculiar que se lee de la imagen a la palabra.

A lo largo del tiempo el tarot se ha transformado permitiendo que su iconografía sea cada vez más flexible por medio de visiones subjetivas e ideas utópicas. Ha adquirido nuevas dimensiones gracias a su potencial para abrir la imaginación, convirtiéndose en un recurso que los artistas usan para pensar en futuros alternativos, cuestionar el pensamiento racional y como herramienta de autoconciencia.

El estudio del tarot tiene múltiples puntos de vista. Por ello la exposición propone un recorrido sin un orden narrativo lineal, como la estructura del juego de cartas, compuesto por una serie de artistas que han usado el tarot, su significado y posibilidades en sus obras. Todos los artistas presentes en la exposición se han aproximado al tema desde un interés por el elemento simbólico entre lo consciente y lo inconsciente a través de un juego laberíntico en su forma, donde los significados son múltiples, las combinaciones infinitas, el camino oscuro y la interpretación subjetiva.